El aspecto saludable de la piel de una persona se identifica habitualmente con la genética, pero lo cierto es que ésta sólo representan el 25% del envejecimiento. Se deben evitar ciertas causas externas o vicios, lo que más de uno llama “mala vida”: estrés, tabaco, alcohol, drogas, contaminación, radiaciones solares, alimentación inadecuada, etc. Los enemigos son múltiples y atacan donde más 'duele': la oxidación celular, principal causa del envejecimiento. Para reducir su efecto solo hay dos posibilidades: tratar de evitar estos vicios y utilizar tratamientos antienvejecimiento para tener una piel siempre joven.